EN WASHINGTON …
y Washington se derrumba …
Se despliega DOGE, para rastrear los billones de dólares desaparecidos del Pentágono …
El presidente Donald J. Trump ha ordenado una auditorÃa financiera exhaustiva del Pentágono, dirigida no por burócratas de carrera, sino por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), encabezado por Elon Musk. ¿La misión?, Rastrear y recuperar billones de dólares en gastos de defensa no contabilizados, que está sacudiendo los cimientos del sistema de defensa.
La directiva llega en medio de una creciente indignación por el abuso del presupuesto federal, y esta investigación sin precedentes marca el intento de exigir responsabilidades financieras al complejo militar-industrial, la iniciativa no es simbólica, es quirúrgica, para desmantelar las redes financieras en la sombra del Estado Profundo.
La reacción fue inmediata y furiosa …
En cuanto se filtró la noticia, los medios de comunicación de izquierda y los principales demócratas comenzaron a estallar públicamente, acusaciones de irregularidades, denuncias de «riesgos para la seguridad nacional» y titulares catastróficos inundaron el espacio informativo, pero la verdadera razón de la indignación no fue el protocolo, sino el miedo. Durante décadas, el Pentágono ha operado bajo un manto de autoridad intocable , con billones de dólares desvaneciéndose año tras año en operaciones clasificadas, presupuestos ocultos y contratistas sin supervisión alguna. Ninguna administración anterior se atrevió a desafiarlo. Pero ahora, esa inmunidad está siendo despojada, y las élites lo saben.
Dólares en las sombras …
Las cifras por sà mismas son alarmantes, tan solo en el último año fiscal, el gobierno estadounidense recaudó 4,9 billones de dólares en ingresos y gastó 6,8 billones, esto representa un déficit de 1,9 billones de dólares en un solo año, con enormes sumas destinadas a programas de defensa y biomédicos sin la debida documentación ni transparencia., Según el informe DOGE, hasta 2 billones de dólares anuales podrÃan estar vinculados al despilfarro, el fraude y la ocultación deliberada en las agencias federales, siendo el Pentágono y el sector farmacéutico los principales responsables.
Los medios contraatacan con mentiras …
Desesperado por frenar el impulso, el New York Times publicó un artÃculo ampliamente criticado que sugerÃa, acceso a planes militares ultra secretos de guerra de Estados Unidos que involucraban a China. La narrativa es tan imprudente como falsa, No se trata de recortar el gasto por eficiencia, es una campaña anticorrupción a gran escala, diseñada para cuestionar el sistema en sus capas más profundas y protegidas. El Departamento de Defensa respondió sin demora, el portavoz del Pentágono, Shawn Parnell, desmintió públicamente todo el informe, declarando sin rodeos:
El artÃculo del New York Times es 100% ficticio, no se habló de ningún material clasificado, ni mucho menos de planes de guerra. Es pura propaganda.
Fue un momento excepcional de claridad institucional, que expuso cuán amenazada se siente la clase dirigente ante esta investigación. Cuando los medios de comunicación inventan historias sobre seguridad nacional para encubrir la corrupción financiera, uno sabe que la verdad está peligrosamente cerca de la superficie.
Es una declaración de guerra …
En definitiva, esto es más que una reforma presupuestaria. Es una guerra por el control sobre recursos, narrativas y la propia maquinaria del secretismo gubernamental. Trump ha puesto el lÃmite. Ha implementado DOGE no solo para auditar, sino para exponer, y las criaturas del pantano están aprendiendo lo que significa la verdadera rendición de cuentas. El Pentágono no estaba preparado para esto, tampoco los medios de comunicación, y mientras se desarrolla esta operación, una cosa está clarÃsima, el presidente no solo está reduciendo el gasto. Está cortando las correas.
fuente: RSS, AmgN, Medeea. edición y correcciones en español: X-2, traducción: Deepl.
